Amaneció el Sábado por la mañana y, mientras me tomaba un “cafelito” – una especie de primer desayuno, observé cómo se balanceaba una farola de la calle con las fuertes rachas de viento. Volar iba a ser duro. Nos encaminamos a eso de las 9 hacia la playa para encontrarnos con los pilotos venidos de toda España a participar en este primer Revo Clinic español. Yo estaba hospedado con los organizadores del evento, Pedro y Esteban Gonzalez, mientras que la mayoría de los demás pilotos se alojaban en el Hotel Biarritz, a un tiro de piedra de la playa. A medida que iban llegando los pilotos poco a poco, se sentía ya un cosquilleo de excitacion en el ambiente. Amigos de toda España se reunían de nuevo por vez primera este año.
Aunque el tiempo estaba borrascoso, brillaba el sol y a las 10:15 comenzó la reunión de pilotos. Durante la reunión, los integrantes de Team Bolau, quienes eran los anfitriones del evento, repartieron unas chapas conmemorativas con un numero en su dorso. Luego volveremos sobre ello.
El plan para este día consistía en organizar a los pilotos en grupos según la experiencia: noveles, experimentados y avanzados, con un miembro de Team Bolau en cada grupo ayudando con sus consejos expertos. Mientras nos dividíamos por zonas en la playa se veían grandes sonrisas por doquier. Estaban creciendo apreciablemente los niveles de expectación. Me sentía como en una reunión familiar de Navidad, pero sin las peleas!
El resto de la mañana consistió en revos, revos y más revos. Había un equipo de 10 personas por aquí, unas parejas por allá y algún que otro piloto suelto. Los miembros de Bolau ofrecían ayuda allá donde se la solicitaban, e inspiración al resto.
Con el viento soplando entre 12 y 50 Km/h había todo un abanico de cometas en la playa, desde cometas Revolution ventiladas hasta originales construcciones caseras diseñados para volar con los vientos mas intensos. Daba la impresión de que las difíciles condiciones del viento no hacían si no aumentar la determinacion de los pilotos por pasarselo bien.
Para las 2 de la tarde ya me estaba sintiendo hambriento, pero las horas de las comidas en España tienden a ser un poco más tardías que en el Reino Unido. En seguida vi cómo la gente guardaba las cometas y supuse que habíamos terminado pronto el día debido al viento, pero no, era la hora de comer. Allá fuimos los 52 participantes al restaurante, donde nos esperaba la paella más grande y más sabrosa del mundo mundial.
Tras dos horas, cervezas, sangría, postre y un café, volvimos todos de nuevo a la playa a volar un rato más. El viento se había tranquilizado un poco mientras comíamos y, con el sol aun brillando, fue tomando forma una sesion más estructurada. Tuve el placer y el privilegio de ayudar a una persona que no había cogido nunca una revo, desde su primer contacto hasta conseguir mantenerla estable en solo una hora. Mereció la pena solo por ver su cara de satisfacción por lo que había conseguido. Parece que algunas personas realmente poseen una afinidad natural con la cometa.
Tras un corto viaje de vuelta al taller de cometas de Pedro y Esteban con algunos de los pilotos, volvimos al hotel para cenar. Más comida sabrosa, cerveza, vino…… os podeis imaginar.
Para esta hora ya esta yo empezando a flaquear, pero esto es España y comenzar a cenar a las 10 es la norma y estar de charla hasta mucho más tarde es lo que se espera a continuación. Así que despues de la cena nos dirigimos todos al salón del hotel, donde por fin se aclaró el misterio de los números de las chapas. Revolution habían sido tan amables de enviar unas camisetas y una bolsa de cometas como recompensa para el evento. En el más puro estilo de la Lotería, se extrajeron los números de una bolsa y los afortunados ganadores se acercaron a recoger sus premios.
A medianoche convencí a mi anfitrión para que me llevara de vuelta a casa, pero los demás continuaron con el seminario conducido por Bolau hasta tarde por la noche.
El domingo amaneció un día brillante y con brisa pero la puesta en marcha en la playa fue un poco más lenta. Elegir la cometa no era tarea fácil. Lo mismo estaba para la SUL que para la ventilada y muchas veces para las dos a la vez! Saqué mi Bazzer Twister y parecía que iba bien, pero estaba rodeado por una mezcla de ventiladas y mega ventiladas.
En seguida estuvo claro que el objetivo del día era hacer un mega team. El primer intento por nuestra parte fue entusiasta pero con sólo 6 pilotos con experiencia de vuelo en equipo, se decidió dividirnos en tres grupos para practicar primero las maniobras. Elegimos tres maniobras para volar: explosiones desde una bola, formación de V a M y Pin wheels. Fernan (Bolau) reunió a un grupo de seis pilotos, Tonet (Bolau) juntó otro 5 y yo me quedé en el centro con los cinco pilotos restantes.
Tras un poco de habilidosas enseñanzas por parte de los miembros de Team Bolau y una muy rápida asimilación por los pilotos, en seguida estuvimos preparados para intentar de nuevo el mega team. Y el resultado fue….. un éxito completo.
Fui lo suficientemente afortunado para dirigir el mega team, ya que había tenido cierta experiencia en el pasado. Lo hice lo mejor que pude dándo las órdenes en castellano y los pilotos se mostraron muy comprensivos, pero sospecho que ayudó el que Nati y Jose Luis estuvieran traduciendolas por mi.
Después de las obligadas fotos de grupo, guardamos ya todos las cometas y nos encaminamos de nuevo al restaurante a por más paella. Tras otras dos horas de comida en agradable compañía, los pilotos comenzaron a volver a sus respectivos hogares. Con unas seis horas de carretera para la mayoría, no envidiaba yo a ninguno de ellos, pero todos partieron con la misma enorme sonrisa que había visto durante todo el fin de semana.
Asi que, muchas gracias a todos los pilotos que me hicieron sentir tan bien recibido, a Bolau que trabajaron con ahínco organizando a los pilotos y proporcionándoles asesoramiento, y a Pedro y Esteban que organizaron el Hotel, la comida y la coordinación con el Ayuntamiento.
Había un vivo y sincero deseo de repetirlo de nuevo el año que viene. Si se organiza otra vez este evento y puedes venir a España, entonces, debes venir a España. Os veré a todos en la playa.
Viva Espana!
Stephen Hoath
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