Volando a despertar expectativas tras el terremoto

(Click here to read this article in English)

Hola amigos, soy yo desde La Serena, Chile…Guauuuuu!

¿Ustedes se preguntaran porque? Para participar en un especial Festival…un Festival cuyo objetivo fue ayudar a las victimas del terremoto en Chile… ¡Si! Este deporte puede ayudar…en realidad, los pilotos que lo practicamos podemos ayudar juntando fondos para ayudar a otros.

“Festival Elevando Cometas y Volantines – Elevando ilusiones tras el terremoto –16 y 17 de Abril de 2010 – La Serena – Chile “.

¿De donde surgió la idea? ¡Comenzó en el mes de Marzo en España y Chile!

Miren a los “4 Fantásticos”…

¿Quién es quien de izquierda a derecha?

Monica Cisternas Fierro:

Hace un año que Monica vive en La Serena.  Estudio Biotecnología en la Universidad de Chile, pero ahora es ama de casa y esta orgullosa de su hijo Diego, una especie de prematuro científico, paleontólogo y jugador de football de 7 años de edad.  A ella le gusta nadar y caminar. Dice que una de las mejores cosas que tiene vivir en La Serena es estar en contacto con la naturaleza y la vida al aire libre.

Fernando Valladares:

Su apodo es Fernando V –  La “V” es de Viento. Quince años atrás comenzó a volar parapente acompañado de su familia, luego comenzó a volar dos líneas y cuatro líneas. Le resulta divertido practicar este deporte aprendiendo de otros pilotos experimentados y amigos. Su primer Festival fue en Vitoria, España en el 2008. Desde ese año ha participado en otros Festivales. Le fascina volar sin viento (Indoor), pero disfruta muchísimo volar Múltiple (MKF), actualmente vuela 2 cometas y esta comenzando a practicar con 3 en simultaneo. Fernando es investigador y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos in Madrid.  Se especializa en cambio climático y sus efectos en el ecosistema y en las especies. Nació en  Argentina y sus padres emigraron a España cuando tenía 7 años de edad.  Me comentó que una parte de su corazón esta en la otra esquina del mundo. Sus hermanos, esposa e hijos disfrutan y también sufren su compulsivo y apasionado trabajo y deporte. …“Sabes una cosa Gustavo, para mi el tiempo siempre parece corto y también para los demás que están a mi alrededor!”

…Yo y… Christian Torres:

Christian fue quien dirigió las palabras alusivas a todos los niños y padres, en la inauguración oficial del vuelo Indoor en el Colegio Alemán, transmitiendo claramente cual fue la motivación y el objetivo. Sin embargo lo más importante fue que funcionó como pilar, organizando lo que el público no ve habitualmente en los Festivales. O tal vez no toma conciencia de todo el trabajo que se debe realizar previamente para lograr algo que parece simple y fácil de realizar. Christian estuvo en todos lados, se movió por todos lados y sin embargo no se lo veía demasiado. Tuve poca oportunidad de hablar con el en persona, nos faltó tiempo. Sin embargo al finalizar el Festival en la Playa “La Barca” los cuatro nos reunimos para sacarnos fotos y plasmar un recuerdo imborrable.

¿Por que el apodo de “Los 4 Fantásticos”?

Tal vez pueda sonar poco modesto… pero que sobrenombre le pondrían ustedes a 4 locos que organizan y participan en un Festival que nunca antes se había hecho en Chile en tiempo récor?

En realidad hubo dos Festivales en uno, Sin Viento y Con Viento.

Imaginen la cara que pusieron las autoridades Chilenas  cuando Monica Cisternas Fierro  y Christian Torres les dijeron por primera vez en la vida:

 “…Hola, somos Monica y Christian y queremos organizar un Festival de Volantines sin Viento y con Viento en la playa para recaudar fondos destinados a las victimas del terremoto y necesitamos vuestro permiso!”…

…Probablemente con cara de asombro las autoridades respondieron: ¿Organizar que? ¿Podría repetir por favor?…

Tradicionalmente en Chile los “Volantines” se vuelan principalmente para las fechas patrias, habitualmente no vuelan cometas acrobáticas.
Esa fue una excelente oportunidad para hacer algo diferente, algo original con el objetivo de ayudar.

Y fue posible gracias a la convicción, al ferviente deseo de concretar una loable idea.

Por lo tanto se planificó realizar el Festival de cometas y volantines, el cual incluiría dos actividades bien definidas para asegurar el éxito. El viernes sin viento en el gimnasio y el sábado con viento en la playa.

En mi opinión las cometas son la mejor opción para generar sinergia.
Mis amigos, me gustaría hablarles de la Ciudad de La Serena:

La Serena es una ciudad y comuna ubicada en la Provincia del Elqui – Chile, y la capital de la Región de Coquimbo. Fundada en 1544, es la tercer ciudad luego de la Antigua Santiago y Arica. Esta ubicada a 471 km hacia el norte de Santiago.

La Serena fue descubierta por el Capitán español Juan Bohon el 4 de Septiembre de 1544, con el objetivo de proveer un nexo entre Santiago y Lima.  En 1549 la ciudad fue destruida totalmente por los indios y fundada nuevamente el mismo año por el Capitán Francisco de Aguirre en un lugar mas seguro. Los barrios son históricos en su arquitectura. La ciudad es un importante centro turístico que atrae muchos extranjeros, en su mayoría argentinos desde las Provincias de San Juan y Mendoza durante el mes de enero. Más tarde la visitan los residentes de Santiago durante el mes de Febrero. La principal avenida corre a lo largo de las playas y se denomina “Avenida del Mar” desde donde se puede apreciar un hermoso paisaje. Su tradicional arquitectura consiste en una serie de casas y edificios públicos del siglo 19 construidos en madera.

También coexisten una serie de hermosas y pequeñas iglesias construidas con piedras sedimentarias traídas desde las canteras, a 5km al Norte del Rio Elqui, cuya característica es el color y la textura formada por pequeñas conchas.  Estas iglesias tienen una antigüedad de 350 años y han sido restauradas para restituirlas a su forma original.

La ciudad es centro de la “Universidad de La Serena” y de la “Arquidiócesis Católica Romana”.  La Catedral fue construida en piedra durante el siglo 19. Debe decirse sin embargo que no tiene el mismo valor histórico que las otras Iglesias antiguas. Es un edificio de piedra construido en un País propenso a actividad sísmica y terremotos, sobreviviendo a varios. Todas estas Iglesias y otras de menor importancia, otorgan un característico urbano paisaje y una imagen de la ciudad por la cual se la conoce con el nombre de “La Ciudad de las Iglesias”.

La ciudad esta construida sobre terrazas fértiles y pequeñas bahías cerca del océano.

Algunos de los sectores son: El Centro, Penuelas, San Joaquín, La Florida, Las Comunas, Cerro Grande, La Antena y El Milagro.

El clima en la Ciudad de La Serena es similar al de las zonas aledañas, que es claramente estacional – en verano no llueve, pero hay abundante nubosidad y bruma en las mañanas. Esto se disipa sobre el medio día tornándose caluroso y despejado.

Las playas son levemente inclinadas, arenas blancas y aguas no demasiado cálidas en las que se realizan actividades recreativas. Sobre la playa hay restaurantes donde se sirven comidas típicas. También sus playas son consideradas ideales para practicar surfing. Afortunadamente mi viaje fue placentero, llegué a La Serena el viernes 16 por la mañana. Me había levantado muy temprano ese día, a las 4 AM para volar hacia Santiago, la capital de Chile.  Desde allí tome la conexión hacia La Serena llegando a las 11 AM. Monica y Fernando me esperaban en el aeropuerto y nos fuimos directamente al “Colegio Alemán de La Serena” donde encontramos un importante gimnasio para volar sin viento!

Me gustaría comentarles que Los “4 Fantásticos” nunca nos habíamos reunido personalmente con anterioridad hasta ese grandioso momento. Como pueden ver, los días subsiguientes parecían ser muy intensos. Me gustaría compartir con ustedes las visiones de Monica, Christian y Fernando respecto de lo vivido:

Monica Cisternas:

Elevando volantines y esperanzas:

No sé muy bien cómo comenzar…

Hace un año que mi familia y yo vivimos en La Serena, después de 8 felices años en Concepción, una de las ciudades más afectadas por el terremoto del pasado 27 de febrero en el centro-sur de Chile. Ver el desastre en diferentes escalas y la incomunicación con mis seres queridos era muy angustiante. Recuerdo que la idea  de asociar cometas con solidaridad surgió como una manera de aliviar la impotencia que me daba estar lejos de mi familia y amigos muy queridos. Dejé de sentirme como una inútil que lamenta la tragedia desde la comodidad de su casa y comencé a sentir que ayudaba a la distancia.
Además, tenía una posibilidad concreta. Fernando Valladares, amigo de la familia, tenía agendada una visita por motivos académicos a nuestra ciudad y yo tenía la misión de conseguirle un gimnasio para que hiciera vuelo Indoor por placer. Las ganas de ayudar me llevaron a preguntarle si me permitía cobrar a quienes quisieran presenciar su jornada de vuelo y él inmediatamente aceptó. La vaga idea de entonces consistía en reunir un poco de dinero para enviar como ayuda concreta (ropa, alimentos) a algún pueblo afectado por la tragedia.
Recién comenzada la inocente planificación de esta jornada, me llegó un mail muy entusiasta de un nuevo miembro de este equipo en formación: Gustavo Di Si. Gustavo no sólo aceptaba participar, sino que rápidamente entregaba su experiencia en la organización de volantinadas – cometeadas – barrileteadas traducida en una lista de instrucciones. Al leer ese mensaje recuerdo haberme primero alegrado por su entusiasmo y luego asustado por lo que se venía… como le dije a él, para mí la sola organización de un cumpleaños infantil ya significaba un gran desafío.

Pero nos animamos. Para ayuda logística en la ciudad contacté al cuarto miembro de este equipo, Christian Torres, presidente de la asociación de padres del colegio de mi hijo, Colegio Alemán de La Serena. Christian fue un apoyo fundamental, confió inmediatamente en la idea y comenzamos la planificación con mucha energía. Él mencionaba detalles que al comienzo me asustaban un poco, como incurrir en ciertos gastos importantes que podían restarse de la recaudación… no me hacía gracia que por cuestiones técnicas se perdiera dinero que podía servir para ayudar. Pero confié en su experiencia en estas cuestiones y él ofreció generosamente a la actividad el apoyo económico (y moral) del Centro de Padres del colegio.

Parte de la novedad de todo este evento radicaba en que en Chile tradicionalmente se elevan volantines para las fiestas patrias (18 de Septiembre), pero no tienen nada que ver con las cometas que veríamos en este festival.

Y mientras tanto… Fernando abriendo un foro que rápidamente prendió y convocó mucha ayuda en la comunidad cometera Española, e iba planificando el cronograma de actividades con Gustavo (que a su vez seguía afinando detalles a la distancia). Christian pidiendo los permisos del Colegio para la realización de la actividad y preocupándose de todos los aspectos para mí desconocidos de la realización del Festival de Volantines y Cometas… a estas alturas era un Festival… ya tenía nombre!: “Elevando cometas y volantines, Elevando ilusiones tras el terremoto”.  Christian se ocupaba de coordinar la impresión de invitaciones, alquiler de equipos de audio, y la ayuda de los jóvenes de la secundaria en la realización del evento. Y otros detalles de los que ni siquiera me enteré, porque apenas me planteaba el tema me indicaba la solución. Yo por mi parte, averiguaba los trámites necesarios para disfrutar del evento en la playa con todos los permisos en regla. Autorización de la autoridad naval, apoyo logístico de Carabineros, y del servicio de urgencia de salud. Decenas de mensajes de correo electrónico iban y venían y el evento iba tomando forma. Qué emoción!! También hubo diferencias de opinión y hasta malos entendidos. Pero a pesar de las dificultades que tiene la comunicación escrita, rescato lo grato de trabajar con personas bien dispuestas a escuchar y a llegar a un acuerdo sin conflictos.

A la llegada de Fernando a La Serena dos semanas antes del Festival yo estaba bastante tranquila, porque todo fue planificado con mucha antelación y casi no había detalles al azar. Así que sólo nos dedicamos a compartir con la familia. Faltando una semana para el evento, me desperté una madrugada sin saber porqué… hasta que una voz del subconsciente me dijo “¿Tú crees que falta mucho tiempo para el festival? Pues NOOO!!!! ¡Falta menos de una semana!” Pero pudo más la racionalidad que la angustia (¡y la taquicardia!) y esperé con calma hasta que llegó el día D.

Mientras tanto se enviamos las entradas a las familias miembros del colegio y difundimos en la ciudad el evento: kioscos de supermercados y del centro de la ciudad, un periódico local, la radio universitaria, universidades privadas, facebook y envié muchos correos electrónicos a amigos y vecinos para que los reenviaran a sus amigos y vecinos… Además había promoción por vía oral: a quien se me cruzaba por delante le avisé del evento, vendedores, el conserje e incluso el vendedor de gasolina.

Lo más frustrante del proceso organizativo era ver la apatía de algunos padres, que a pesar de ser éste un evento benéfico, no demostraban el menor interés en dedicar un poco de su tiempo a ayudar. Pero así tuviera que desdoblarme, estaba dispuesta a hacer todo yo misma si no había gente dispuesta a ayudar. Sin embargo, los niños estaban muy motivados y un par de profesoras me ayudaron reacomodando sus clases de arte para que los niños pintaran volantines de papel para decorar el gimnasio. Don Pedro, el portero del colegio también colaboró mucho, preocupado de instalar y proteger (¡de los niños!) el banner donado para promocionar el evento. Y, para ser justa, los padres de dos cursos se organizaron para vender comestibles y bebestibles donados el día del evento en el colegio y con eso sumar al monto recaudado por las entradas. Saber de esos gestos era muy gratificante.

La noche anterior al evento recluté a un amigo de la familia (Marco) para que me ayudara a cuantificar y organizar las cometitas donadas por los españoles para armar. Así, tuvimos todo listo para el taller de armado de cometitas después de la demostración de vuelo Indoor.

Vuelo Indoor en el Colegio:

Para el mismo viernes, Fernando y yo acordamos ir a recoger al pobre Gustavo (que había madrugado para viajar desde Buenos Aires ese mismo día) al aeropuerto y nos fuimos directamente al colegio. Allí y luego de una breve sesión en que terminaron las presentaciones oficiales (de quienes posteriormente seríamos conocidos –aunque sólo por nosotros mismos- como “Los 4 Fantásticos”), los cometeros se dieron a la tarea de preparar a las estrellas de la tarde: las cometas de vuelo Indoor. Christian y yo, junto con personal de apoyo del colegio comenzamos a preparar la decoración, las sillas, el telón de fondo. Nuevamente don Pedro, el portero, se lució ayudando con buena voluntad.

Hicimos una pausa para almorzar y después de eso volvimos a la carga con el decorado. En esta etapa se sumó activamente (a mis ojos) Andrés Tolosa, también miembro del centro de padres y que ayudó en TODO lo que lo necesitara con la mejor voluntad del mundo: tramoya, cajero, encargado de audio. Su esposa y sus hijitos también nos ayudaron a instalar los volantines de papel en el telón del gimnasio. Un par de padres que conseguí me ayudaran en la boletería llegaron con retraso, pero otra amiga (Alejandra), con un bebé de dos meses y aún de camino a su casa después de un viaje desde el sur y sin haber almorzado, se sentó a hacerse cargo junto con Andrés mientras llegaban los refuerzos. Ahora lo veo hacia atrás y realmente les agradezco mucho el esfuerzo.

Cuando finalmente comenzamos la demostración, yo estaba a cargo del registro gráfico, detrás de los pilotos. Me faltaron manos y ojos para hacer un buen trabajo. Y encima lamenté mucho perderme casi toda la demostración por estar detrás de algún lente. Pero me divertía mucho escuchando las exclamaciones de asombro de los niños o sus gritos cuando veían que la cometa se les venían encima.

¡A la hora de los juegos con las cometas y los pilotos el entusiasmo era máximo, todos ansiosos por participar… y repetir! Sólo el anuncio de algo realmente sorprendente (el trencito, volado por Gustavo) los devolvió a sus asientos y no nos equivocamos, el trencito fue espectacular.

Los felices niños partieron ahora al taller de armado de cometas, instalado junto a la zona de vuelo dentro del gimnasio. Los chicos de la secundaria a cargo no comprendieron bien las instrucciones y eso generó caos en el taller, los niños estaban ansiosos y los chicos o no estaban o no daban una.

Pero la buena disposición nuevamente pudo más, los padres trataban de ayudar con paciencia a sus hijos y los adolescentes de a poco iban llegando a ayudar. Terminadas las cometitas, salieron todos con mucho entusiasmo a volarlas unos dentro del gimnasio y otros al jardín del colegio.

Y antes de que se fueran, hicimos un sorteo de algunas de las cometas donadas por amigos españoles. Los niños nos ayudaban sacando los números y se iban felices de tener una cometita.

Con la sensación de misión I cumplida, terminamos de ordenar y guardar algunas cosas y nos fuimos a comer algo: Christian y su hijo Sebastián, Fernando, Gustavo y mi hijo Diego y yo. Fue muy grato, todavía quedaba la segunda parte, pero estábamos contentos de la alegría vista esa tarde.

Vuelo en la Playa:

Después de una noche de descanso preciso y de una mañana para resolver asuntos domésticos, nos reunimos Christian y yo en el colegio a recoger los soportes de la huincha que delimitaría el área de vuelo en la playa. ¡Cuando llegamos ya estaban allí los cometeros! Al poco rato llegaron los chicos del audio y al rato ya éramos un equipo preparando parlantes y delimitando el área de vuelo. ¡Delimitar un área de 45×100 metros caminando con bloquecitos de cemento (los soportes) por la arena seca no es poca cosa! A poco de llegar descubrí que Marco ya estaba en la playa con versando con Fernando así que lo conminé a ayudarnos con la instalación, luego llegó Andrés y terminamos de armar todo bastante rápido. Los cometeros seguían volando y convocando gente y poco a poco llegaban las familias a participar, muchas de ellas con la cometa que sus hijos se habían ganado el día anterior.

Esta vez, y ya que en el colegio no pude convertirme en pulpo, le pedí a Marco que se hiciera cargo de la filmación de algunas demostraciones, mientras yo sacaba fotografías y ayudaba con la venta de los números para el sorteo. Ya que la playa es un lugar abierto, decidimos que la recaudación del dinero se hiciera comprando números para participar en el sorteo de las más de 30 cometas donadas (que no fueron sorteadas en el colegio).

Luego de la venta de varios números comenzamos con un primer sorteo: muchos padres querían quedarse y participar, pero no habían traído cometa… y si seguíamos esperando, comenzaría a bajar la temperatura y los padres se llevarían a los chiquitos.

Así que nuevamente convocamos a los chicos para que nos ayudaran con el sorteo y aumentó el número de cometas volando en el cielo de la playa. A estas alturas y se me ha vuelto todo un conjunto de sentimientos gratos pero no retengo detalles… sonaba la música, los cometeros arrancaban expresiones de admiración y aplausos, yo recibía feliz las felicitaciones de los padres por lo novedoso y bello del espectáculo.

Hicimos un último sorteo y casi comenzamos a despedirnos. Los chicos de la secundaria del colegio nos ayudaron a recoger las instalaciones y la basura así que nos tomó poco tiempo dejar la playa tal y como la recibimos. Ya estaba oscureciendo, las últimas fotos con la sonrisa en los labios… y a descansar después de la primera parte de la misión muy cumplida.

Lo que viene es llevar la ayuda a algunos de los pueblos más afectados en la región del Maule, en la zona centro sur de Chile. La recaudación tanto del Festival en Chile como del sorteo en España, irá a escuelas y jardines infantiles rurales transformados en material didáctico, de aseo, juegos y libros para que los chiquititos puedan divertirse a pesar de la tragedia que han vivido. La salida está programada para el fin de semana del 21 de mayo y estoy muy feliz de poder ir acompañada de mi hijo (Diego) y mi marido (Ernesto).

¡Espectacular!

Ahora la visión de Fernando:

En todos mis viajes incluyo alguna cometa, y en el viaje a la Serena, Chile, en abril de 2010 no iba a hacer una excepción. Pensamos que podía hacer una sencilla demostración de vuelo Indoor en el gimnasio del colegio alemán cuando la tierra tembló en el sur de Chile. Los efectos devastadores del terremoto nos dejaron a todos desolados… y entonces se nos ocurrió que podíamos aprovechar las cometas para hacer algo hermoso, ilusionante y quizá recaudar algo de dinero que pudiera ayudar a los mas afectados por la catástrofe. Y así surgió la idea. Y a cada persona que se la contábamos se le ocurrían cosas, sobre todo a las personas relacionadas con el mundo de las cometas. La idea fue creciendo y creciendo, amplificada por las buenas voluntades y la ilusión de ayudar de todo el mundo. ¡Estaba claro que no viajaría sin cometas esta vez!

Indudablemente yo sólo no podía organizar mucho. Pronto Monica se organizó para contar con apoyos locales, y Gustavo se brindó a venir desde Argentina para volar lo que hiciera falta y donde fuera necesario. En España, varias tiendas, clubes y pilotos individuales donaron material. Las cometas más especializadas y costosas se sortearon a través del foro.cometas.info y el dinero que se recaudo en el sorteo se hizo llegar  directamente a las personas que organizaron la recaudación en Chile y su entrega a los colegios afectados en la región del Maule. Los hermanos Gonzalez hicieron un estupendo banner con el lema “Elevando cometas y volantines, elevando ilusiones tras el terremoto” y con los logotipos de todos los clubes, tiendas y pilotos que ayudaron de una forma u otra.

Me junte con 170 cometas, 110 de ellas en kit para que los niños las armaran, las demás para sortear en Chile. Esto sumado a mis 30 cometas  para volar en el festival generó un voluminoso equipaje. Comenzaron para mi los nervios… ¿me cabrían todas las cometas? ¿Podré facturarlo bien? ¿Llegaran a destino sin romperse o perderse? Sin embargo, los nervios quedaban empequeñecidos por las palabras de ánimo y apoyo que recibí de mis colegas en España… y efectivamente, todo fue bien y llegue sano y salvo, con todas las cometas listas a la Serena.

El personal del colegio estaba entusiasmado con la idea. Los profesores organizaron con los niños la construcción de un hermoso mural con cometas pintadas por ellos que sirvió de fondo junto con el banner a la exhibición de vuelo en el gimnasio. La instalación y los medios puestos a nuestro alcance fueron inmejorables. La mañana antes de la demostración estábamos Gustavo y yo encantados con el lugar. ¡Las cometas no podían esperar para salir de la bolsa y volar!

En la tarde Indoor, los niños fueron los protagonistas. Se veía en sus caras la emoción y se escuchaban sus expresiones de asombro cuando una cometa de Gustavo o mía les sobrevolaba.

Todos quisieron probar, y esperaron muy excitados su turno. En el taller se relajaron un poco y pronto salieron con sus construcciones a probarlas por el gimnasio. El sorteo de las primeras cometas estuvo cargado de emoción. ¡Todos querían una!

En la playa se reunieron familias enteras, y a juzgar por los comentarios de todos era difícil saber si disfrutaron más los niños o los padres. Mas de uno llego con sus cometas propias para probarlas o recibir algún consejo o instrucción. Otros vinieron con las cometas que lograron en el primer sorteo. ¡Al terminar el sorteo en la playa, las escenas de decenas de cometas multicolores al atardecer hacia honor al lema del festival: elevaban sin duda nuestras emociones!

Fue muy especial volar una cometa tras otra turnándonos Gustavo y yo en el gimnasio. El tiempo paso muy rápido, fuimos enlazando cometas de un hilo de vuelo lento y pausado con las acrobáticas de dos líneas. Cortas coreografías de 2-3 minutos fueron dando paso a las Revo Indoor. Gustavo acabó con un espectacular tren de 3 Revos que levantó al público de sus asientos. Acabamos empapados de sudor, pero felices.

El sol radiante nos dio la bienvenida en la playa. Unido a la música creó  un ambiente ideal para volar cometas. Empezamos improvisando algo de free, yo con una Nirvana y Gustavo con una Revo.

El plato fuerte fueron las cometas múltiples, dos acros yo y tres Gustavo. Durante unos minutos estuvimos con las 5 en el cielo. Luego siguió Gustavo haciendo todo tipo de figuras con las tres Quantum Pro. Los aplausos surgían espontáneamente.

Mis sentimientos:

Fue un mimo para el alma. Fue asombroso sentir y ver a los niños felices, motivados a participar en las diferentes actividades, como talleres de construcción, volar sin viento, en la playa, etc.…

El Festival genero ayuda de forma espontanea, comprando rifas, volando cometas y volantines, mirando las demostraciones y compartiendo sentimientos entre los participantes. Es importante decir nuevamente que nuestros hermanos de España comenzaron con la ayuda, por favor den un vistazo a este link:

http://foro.cometas.info/…&board=212.0

Pude volar Múltiple (MKF) en pares con Fernando, un talentoso piloto que vuela MKF no hace mucho tiempo. Estuvo genial la experiencia para mí. Los hermanos Chilenos vieron volar 5 cometas en simultaneo y dos pilotos comandándolas formando una colorida pintura en el cielo. También volamos Revolution en equipo jugando con los niños y adultos en la playa.

Aunque el inicio oficial del vuelo Indoor en el “Colegio Alemán de La Serena” fue a las 5PM, y el sábado el vuelo en la playa “La Barca” fue a las 4 PM, nuestro propio festival comenzó el viernes a las 11:30 AM y el sábado a las 9: 00 AM. ¡Increíble!

¿Se preguntan por qué? Por que estuvimos volando todo el tiempo. No nos detuvimos ni para almorzar. El clima estuvo bárbaro, viento laminar del norte noroeste a 16 km/h, día con sol a pleno y temperatura templada. El océano Pacifico estaba calmo y las gaviotas y cormoranes volando en bandada nos transmitían una especial energía.

La gente que caminaba y pescaba en la playa se detenía para mirar nuestras cometas volar y aprovechaban para sacar fotos y hablar con nosotros.
El sonido estuvo excelente, ello nos motivó a improvisar con Fernando nuestras demostraciones mientras la música sonaba. La audiencia reunida en familia estuvo bien predispuesta a participar volando y en los talleres.

El domingo fue otro día espectacular, similar al viernes y sábado pero en esta oportunidad sin Festival y sin vuelo de cometas, tiempo entonces para la reflexión… Muchachos, cada evento es único, cada sentimiento es único, y esto causo que todos los momentos fueran intensos…

Finalmente, Monica nos vino a buscar para llevarme al aeropuerto puntualmente a las 11:30 debido a que debía regresar a Buenos Aires. Todos fuimos a buscar a su esposo y a Diego, su hijo para el “Adiós”. En un mutual entendimiento, las expresiones de afecto indicaban los grandes momentos vividos y compartidos.

En qué se transformo el esfuerzo de quienes colaboraron:

El día 21 de mayo las donaciones fueron entregadas por la familia de Mónica con la ayuda de los Ramírez – Villa y los Mendoza- González.

Un viaje a través de los sinuosos caminos de montañas de más 400 Km., para llegar al Jardín Infantil de la Fundación Integra en la localidad de Pencahue y a la Escuela Punta Diamante de la localidad de San Clemente.

ro no solamente llevaron consigo materiales, es decir, aquellas cosas que satisfacen las necesidades más visibles o evidentes. También les brindaron contención a sus hermanos, su cariño, su apoyo para quienes hoy se sienten desamparados.

More pictures at:

http://www.elalmadelpiloto.com.ar/…cometas-elevando-sue…chile.html

Quiero agradecer a todos los auspiciantes que han apoyado esta idea surgida desde España y Chile: Colegio Alemán de La Serena, Municipalidad de La Serena, Lan, El Ventilador, Los hermanos González, Alamair, Haizaldi, Tienda Kiteparts, Equipo Imagina, Equipo C4Kite, Periódico El Día.

¡La Serena…hasta pronto!

Mis mejores deseos,

Gustavo Di Si